¿A qué llamamos forma de vida saludable?

Emiliozzi María Valeria

¿A qué llamamos forma de vida saludable?

En-claves del pensamiento

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, División de Humanidades y Ciencias Sociales

Resumen

El artículo describe y problematiza los enunciados que conforman ciertos discursos sobre el cuerpo y su relación con salud que se despliegan en propagandas publicitarias de cosméticos y productos afines que se hacen presentes en Revistas de espectáculos, moda y tendencias durante los últimos años distribuidas en Argentina. El modo de analizar los discursos intenta describir las relaciones entre enunciados, precisar cuál es la posición que puede y debe ocupar todo individuo para ser su sujeto, y los efectos de verdad que conforma en torno al cuerpo. El método de análisis toma las herramientas arqueológicas y genealógicas de Michel Foucault.


Palabras claves:

Consumo, Cuerpo, Salud, Enunciados, .

Introducción

El trabajo presenta una interpretación sobre los procesos contemporáneos de medicalización, desde un enfoque que articula los estudios de biopolítica y el cuidado de la salud.

El objetivo principal consiste en comprender sobre qué saber de salud se despliegan los discursos publicitarios de laboratorios de cosméticos y en consecuencia a qué tipo de cuerpo se hace referencia. Para esto, se ha efectuado un análisis del discurso que se refleja en las publicidades emitidas por revistas de espectáculos, moda y tendencias durante los últimos años. Las revistas seleccionadas como Gente, Caras, Pronto y Paparazzi se distribuyen en Argentina, la revista Cosmopolitan se distribuye en 11 países y se publica en 35 idiomas. Se comenzó el análisis en la revista Cosmopolitan que es exclusiva para la mujer y luego se tomaron otras revistas de tendencias para identificar si esos enunciados eran recurrentes. 1 El modo de analizar los discursos intenta describir las relaciones entre enunciados, precisar cuál es la posición que puede y debe ocupar todo individuo para ser su sujeto, y los efectos de verdad que conforma en torno al cuerpo. El método de análisis toma las herramientas arqueológicas y genealógicas de Michel Foucault:

Describir un enunciado no equivale a aislar y a caracterizar un segmento horizontal, sino a definir las condiciones en que se ha ejercido la función que ha dado una serie de signos […] una existencia y una existencia específica. Existencia que la hace aparecer más bien como un dominio de objetos […] sino más bien como un juego de posiciones posibles para un sujeto; como otra cosa que una totalidad orgánica, autónoma, cerrada sobre sí misma y susceptible por si sola de formar sentido, sino más bien como un elemento en un campo de coexistencia Michel Foucault, La arqueología del saber (Buenos Aires: Siglo XXI, 2008b), 142. 2

Poder referirse a una determinada salud, implicar al cuerpo y relacionarse con otras formulaciones, lleva a que el análisis del enunciado del discurso, no se reduzca ni a las posibilidades de la frase en cuanto frase, ni a las posibilidades de la proposición en cuanto proposición. El enunciado se articula sobre la frase o sobre la proposición, pero no se deriva de ellos, en tanto que la frase o proposición son unidades gramaticales que pueden reconocerse en un conjunto de signos. Por ello 'se llamará enunciado la modalidad de existencia propia de este conjunto de signos: modalidad que le permite ser algo más que una serie de trazos […] modalidad que le permite estar en relación con un dominio de objetos', Foucault, La arqueología del saber, 140. 3 y en nuestro análisis una forma de pensar la relación cuerpo/objeto.

Si se tiene en cuenta el efecto del enunciado, el discurso no puede definirse fuera de las relaciones que lo constituyen -por eso Foucault habla más bien de "relaciones discursivas" o de "regularidades discursivas"-, y esto ocurre porque, en definitiva, el discurso es una práctica, lo cual no refiere a la actividad de un sujeto, sino a la existencia objetiva y material de ciertas reglas a las que ese sujeto debe ceñirse desde el momento en que interviene en el discurso. ¿Qué reglas conforman un nuevo concepto de salud?, ¿cómo se define el cuerpo y la relación sujeto-cuerpo? 'Para pertenecer a una disciplina, una proposición debe poder inscribirse en cierto tipo de horizonte teórico' Michel Foucault, El orden del discurso (Buenos Aires: Tusquets; 2008a), 135. 4 ¿Qué epistemología establece las reglas para definir el cuerpo?

Las relaciones discursivas que forman los discursos de laboratorios de cosméticos, que se reflejan recurrentemente en diferentes medios de comunicación, no son internas con respecto al discurso, no son lazos existentes entre conceptos o palabras, frases o proposiciones; pero tampoco son externas; es decir, no son circunstancias exteriores que lo constriñen. Por el contrario, determinan el conjunto de relaciones que el discurso debe efectuar para tratar acerca de determinados objetos, para nombrarlos, analizarlos, explicarlos, clasificarlos, etc. El discurso aparece, entonces, en una relación fácil de describir con respecto al conjunto de otras prácticas.

La intención del trabajo es mostrar las reglas de formación de los discursos que aparecen en las publicidades mencionadas, sus objetos, enunciados, conceptos, estrategias y las series de la formación efectiva del discurso en su discontinuidad, en su especificidad y en sus condiciones externas de posibilidad. No obstante, las potencialidades de la herramienta arqueológica, como se podrá ver en el desarrollo del trabajo, necesitará, para entender el haz de relaciones de los discursos, de una genealogía: el análisis de cada discurso en su poder de afirmación, en relación a determinadas prácticas sociales.

La genealogía tratará de 'seguir el hilo de la procedencia […] localizar los accidentes, las mínimas desviaciones, los errores, las faltas de apreciación, los malos cálculos que han dado nacimiento a lo que existe y es válido para nosotros'. Michel Foucault, Nietzsche, la Genealogía, la Historia (Valencia: Pre–textos; 2004), 27. 5 En otras palabras, analizará cómo el concepto de salud hace funcionar determinado haz de relaciones que conforman un concepto de forma de vida saludable y una relación con el propio cuerpo.

La forma de vida saludable

En el sentido que le otorga Foucault no hay una experiencia que no sea una forma de pensar y que no pueda analizarse en la historia del pensamiento, lo cual quiere decir que la formación de los enunciados, que en nuestro caso definen aquello saludable, se produce a partir de un proceso normado que conforman formas de hacer, pensar y decir que entablan una relación con el medio y con el cuerpo mismo. La experiencia funciona como 'forma histórica de subjetivación', Edgardo Castro, Diccionario Foucault. Temas, conceptos y autores (Buenos Aires: Siglo XXI; 2011), 152. 6 como conjunto de prácticas y formas del saber que conforman determinadas relaciones con el cuerpo, que en nuestro caso las analizaremos en torno a la salud.

Para comenzar el análisis resulta pertinente retomar el trabajo que Foucault efectúa en relación a como ciertos acontecimientos que se sucedieron a fines del siglo XVIII y principios del XIX, colocaron al cuerpo como objeto y blanco de poder; donde se puede analizar una relación de fuerzas que se invirtió, una mecánica nueva de poder diferente a las relaciones de soberanía que tomaron a su cargo la vida. El autor señala que, durante el siglo XVIII, el soldado ya no era reconocido como signo de honor y de valentía, sino como algo que se debía fabricar. Así, una técnica de poder atraviesa el cuerpo con el fin de ejercer una coerción ininterrumpida que acecha sobre los procesos de la actividad y se ejerce según una codificación que demarca con la mayor aproximación el tiempo, el espacio y los movimientos. En consecuencia, el cuerpo resulta prendido en el interior de poderes muy ceñidos, que le imponen coacciones, interdicciones u obligaciones. Este método, que permitió el control minucioso de las operaciones del cuerpo para sacar de ellos su máxima docilidad-utilidad, es lo que Foucault llamó disciplinas. Michel Foucault, Vigilar y castigar (Buenos Aires. Siglo XXI, 2002). 7

La disciplina mantiene con el cuerpo una relación metódica, natural y orgánica, es una anatomía política del detalle; supone un registro continuo, anotaciones sobre el individuo y transferencia de la información en escala ascendente, de suerte que a la cúspide de la pirámide no se le escape ningún detalle, acontecimiento o elemento disciplinario. Esta disciplina es un tipo de poder que se ejerce a través de una vigilancia que conlleva un discurso que no será el de la Ley, sino el de la norma, el cual no referirá a un saber del derecho, sino a un saber clínico. Es decir, un tipo de poder que indica una regulación de la vida de los individuos (disciplinas) y luego de las poblaciones (biopolítica).

Después de esta anatomía política del cuerpo humano instaurada a fines del siglo XVIII mediante las disciplinas, se ve aparecer algo que ya no es una anatomía política del cuerpo humano, sino, como expresa Foucault, 'una biopolítica de la especie humana'. Esta nueva tecnología se dirige a la multiplicidad de los hombres en tanto masa global recubierta por procesos de conjunto que son específicos de la vida, como el nacimiento, la muerte, la enfermedad; es decir ya no se dirige al Hombre-Cuerpo sino al Hombre-Especie. Los objetos de saber y objetivos de control de esta biopolítica fueron, en general, los problemas de natalidad, mortalidad, morbilidad; así como también el buen desarrollo del individuo, su higiene, su lactancia y la práctica de ejercicios físicos para asegurar el buen desarrollo del organismo. Es decir, la vida empieza a problematizarse en el campo del pensamiento político, lo cual crea un interés por la forma, la naturaleza, la extensión y la duración de las enfermedades que predominan en la población y que son más o menos difíciles de eliminar. Así, se establecen nuevas relaciones de poder sobre el cuerpo, las cuales implicaron una transformación en el derecho político que consistió, no en sustituir el viejo derecho de la soberanía -hacer morir o dejar vivir- por otro derecho, sino que fue atravesado por otro derecho que lo modificó: el poder de hacer vivir y dejar morir.

[E]l poder es cada vez menos el derecho de hacer morir y cada vez más el derecho de intervenir para hacer vivir, sobre la manera de vivir, y sobre el cómo de la vida […] el poder interviene sobre todo en ese nivel para realzar la vida, controlar sus accidentes, sus riesgos, sus deficiencias, entonces la muerte, como final de la vida, es evidentemente el término, el límite, el extremo del poder. Michel Foucault, Defender la sociedad (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica; 2010), 224. 8

Estas relaciones de poder, como señala Foucault, van constituyendo el dispositivo biopolítico, el cual se funda en un poder de y sobre la vida y el cómo de la vida, entendiendo a la biopolítica como una política en nombre de la vida y al biopoder como la vida sometida al mando de la política en los que ambos conceptos toman caminos diferentes que cercan al cuerpo determinando una forma de vivir la vida. Estas prácticas que constituyen una experiencia y tiene por efecto un sujeto universal revelan el bíos, es decir, se experimenta sobre el cuerpo un juego entre política y vida.

Ahora bien, ¿cómo es definido el cuerpo en estas políticas?, ¿de qué cuerpo hablan?

Lo que se produjo en el siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX fue toda una serie de transformaciones por las cuales se pasó del señalamiento de los caracteres clasificatorios al análisis interno del organismo, y luego del organismo en su coherencia anatómo funcional a sus relaciones constitutivas o reguladoras con el medio de la vida. Michel Foucault, Seguridad, Territorio y población (Buenos Aires: Fondo de Cultura económica; 2009b), 105. 9

La transformación de la política en biopolítica indica que, en el nacimiento de la modernidad, la vida natural de los hombres empezará a ser incluida en la esfera del poder estatal, constituyendo al cuerpo viviente en blanco de las estrategias políticas del Estado. La pregunta por la vida y la vida como problema de la población darán crédito a una nueva curiosidad: 'la que les hizo, si no descubrir, cuando menos ampliar y precisar hasta un grado inconcebible antes las ciencias de la vida'. Michel Foucault, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas (Argentina: Siglo XXI; 2008c), 151. 10

Este haz de relaciones se encuentra en la obligación de repartir el saber en dos tramos que se intrincan: el primero se define por lo que ya se sabía (el peso del cartesianismo, el prestigio de Newton), el segundo por lo que no se sabía aún (la evolución, la especificidad de la vida, la noción de organismo). La biología construye un saber sobre el cuerpo basado en la observación y en un modelo de racionalidad que proporcionan las ciencias físicas. En palabras de Foucault, es una técnica consecuencia de los aportes de Bacon -filósofo de la época para quien cualquier idea científica debía estar apoyada o derivada de la experiencia u observación- y de los perfeccionamientos técnicos que le otorga el microscopio a la observación. Es posible describir la biología como aquella ciencia que organiza las relaciones entre funciones y órganos, en las que los seres vivos están ligados a una representación y se encuentran en un haz de relaciones que parten de su existencia. Foucault, al indagar sobre la historia de la biología, encuentra que ésta era desconocida antes del siglo XVIII, por la razón de que ni siquiera existía la vida misma, sólo existían los seres vivos observados o definidos desde la historia natural. Ahora bien, este cambio también será acompañado por un análisis de la producción, por una nueva 'economía política' que tendrá como papel principal analizar la relación entre el valor y los precios, los conceptos de organismo y de organización, y los métodos de la anatomía comparada. Así, la biología y la economía política no se constituirán en el lugar de la historia natural, sino allí donde estos saberes no existían, en aquellos intersticios en los que aparece el hombre como objeto. Esto les permitirá definirlo a partir de lo vivo, de la vida en relación con lo que lo rodea, pues para que lo vivo pueda vivir es necesario que haya una organización y un movimiento ininterrumpido entre el aire que respira, el agua que bebe y el alimento que absorbe.

Aquí la práctica que constituye cierta experiencia en el sujeto se basa en un enrejado epistémico determinado por las ciencias de la vida. Para la episteme clásica, lo vivo era una serie en la taxonomía universal del ser; y su localización espacial desempeñaba un papel fundamental. A partir de Cuvier, precursor de la anatomía comparada y de la paleontología, se abre un espacio donde lo vivo establece una relación entre el espacio interior (anatómico), las compatibilidades fisiológicas, y el exterior, que es parte de las condiciones de vida, las condiciones de existencia del individuo. Por condiciones de existencia, Cuvier concibe el enfrentamiento de dos conjuntos: el conjunto de las correlaciones que son fisiológicamente compatibles y el medio en el que el ser se desarrolla. En este sentido, el control sobre la población permitirá enlazar las relaciones de saber-poder a través de técnicas que se aplican sobre la población, sobre la vida biológica de la población produciendo un efecto de gobierno que hace que la población requiera una vida calificada. Cf. María Valeria Emiliozzi, El sujeto como asunto. Sentidos epistemológicos del Diseño Curricular de Educación Física, (tesis de doctorado, La Plata: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP; 2014). 11

La ciencia moderna ha jugado un papel fundamental en el tipo de experiencia a partir de la cual el sujeto se construye como objeto de cierta normalidad. Pues en el surgimiento de las artes de gobernar comenzará a regir cierta universalidad del sujeto: la vida en el mundo ya no se considerará como lo que fue, y comenzará a girar sobre la idea de quiénes debemos ser, cómo debe ser esa vida. Como establece Arendt:

La sociedad espera de cada uno de sus miembros una cierta clase de conducta, mediante la imposición de innumerables y variadas normas, todas las cuales tienden a 'normalizar' a sus miembros, a hacerlos actuar, a excluir la acción en el marco social. Hannah Arendt, La condición humana (Buenos Aires: Paidós; 2008), 151. 12

Aquí, en el objetivo social, se define el ser y el deber ser, en relación a una verdad que se define por las condiciones históricas de posibilidad y que opera por la lucha del sentido. La biología y la medicina sentaron las bases de un saber para definir el cuerpo: un ser orgánico ligado a las condiciones de existencia propias de la representación, a las relaciones entre funciones y órganos y a un concepto sobre la vida que se constituye a partir de una manera de percibir la norma que establece el saber de la medicina (deber ser).

En este auge del cuidado de la vida queda al descubierto un desplazamiento hacia un deber ser, hacia una forma de vida que, como veremos, opera a través de revistas, ya que la vida en tanto que materia física se encuentra apropiada por el poder. No obstante, agrega Esposito, esta vida calificada es sobre todo 'la vida y sólo la vida, en su simple realidad biológica'. Roberto Esposito, Immunitas. Protección y negación de la vida (Buenos Aires: Amorrortu; 2005), 160. 13 Si bien para el autor la idea de bíos significa 'vida calificada' o 'forma de vida', la biopolítica remite a la dimensión de la zoé (la vida en su simple mantenimiento biológico), pues, en definitiva, no hace otra cosa que poner a salvo el cuerpo en tanto vida biológica de las poblaciones (la especie), que, 'para ser cuerpo, debe mantenerse con vida'. Ibíd.,161. 14

Para definir el cuerpo, entonces, será necesaria una representación de tipo orgánica que lo enlace con la realidad; por lo tanto, la relación que con aquél establezca la política será en el orden de lo viviente, en el orden de la sustancia. Así, la biopolítica pensará el origen del sujeto a partir de una sustancia primera, que luego será atravesada por la política. Esto implica pensar que, para hablar del cuerpo, primero es necesaria la materia y luego la política. Es justamente esa forma de ligar la política y la vida, lo que hace pensar el cuerpo a partir de una sustancia, que se puede describir, identificar y clasificar.

Aquí, aparece un modo en el que la política piensa el cuerpo: como un mero organismo. Sin embargo, indagando un poco más, lo político no se concibe sólo con el mero vivir del organismo, sino con el vivir bien. '[…] el concepto de individuo en buena salud para el Estado se sustituye por el del Estado para el individuo en buena salud. No se trata sólo de una inversión en el derecho sino de lo que podría denominarse una moral del cuerpo'. Michel Foucault, La vida de los Hombres Infames (La Plata: Altamira; 1996), 68. 15

En la actualidad, la mayor parte de la práctica sanitaria pública y profesional gira en torno de prácticas de investigación en el campo de la medicina y de la industria farmacéutica, la cual 'está sostenida por el financiamiento colectivo de la salud y la enfermedad'. Michel Foucault, 'El nacimiento de la medicina social', Revista Centroamericana de Ciencias de la salud, n|° 6 (1977), 167. 16 En este sentido, el desarrollo tecnológico biomédico tienen como destino final: mejorar la calidad de vida.

En la actualidad la medicina encuentra la economía por otro conducto. No simplemente porque es capaz de reproducir la fuerza de trabajo sino porque puede producir directamente riqueza en la medida en que la salud constituye un deseo para unos y un lucro para otros. La salud en cuanto se convirtió en objeto de consumo, que puede ser producido por unos laboratorios farmacéuticos, médicos, etc., y consumido por otros -los enfermos posibles y reales- adquirió importancia económica, y se introdujo en el mercado. Ibíd., 165. 17

Actualmente el cuerpo humano es atravesado por el dispositivo biopolítico que no hace otra cosa más que ejercer un gobierno sobre el sujeto, hasta el punto tal de someterlo a un proceso permanente de medicalización, y en consecuencia: 'en un mercado económico […] en la medida en que es objeto de sensaciones, deseos, etc'. Ibíd., 166. 18

En publicidades de laboratorios de cosméticos se manifiesta un dominio de técnicas, de un saber hacer en un espacio de aplicación para el desarrollo del organismo; el cual debe llegar a un 'principio de salud', a un estado normal e ideal. Recurrentemente se venden como cuidados principales: la necesidad de ingerir ciertos alimentos naturales, humectar el cuerpo con ciertas hierbas, combatir el frizz, sellar las puntas del cabello, tener las piernas descansadas, blanquear los dientes, eliminar las arrugas, la celulitis, las estrías, entre otras y que se constituyen en una forma de conducir a los individuos. La garantía de estas formas de vida debe plasmarse con 'condiciones de productividad del cuerpo que se inscriben a partir de la implementación de dispositivos diversos que articulan modalidades clásicas de disciplinamiento corporal con nuevas lógicas de gestión, modulación y captura de energías humanas'. María Inés Landa y Leonardo Marengo, 'El sí mismo como empresa: sus operatorias y perfomances en el escenario managerial', en Michel Foucault, treinta años después. Aportes para pensar el problema del cuerpo y la educación (La Plata. Edit. Universidad Nacional de La Plata, 2015), 12. 19 En este sentido, es posible identificar ciertos enunciados que establecen por ejemplo que: debes hidratar la piel con ciertas cremas, pues 'alimentar tu piel es importante porque le brinda los activos esenciales que necesita para mantenerse radiante y lucir saludable'. Cosmopolitan, Año 15, N° 183, 2011a, 84. 20 'Son fórmulas multifunción que corrigen y tratan al mismo tiempo'. Ibíd., 2016, 117. 21 Si probas y descubrís 'con una verdadera limpieza es el primer paso para una piel linda y saludable'. Ibíd., 2011b, 28. 22

Como vemos se establecen una serie de nuevos cuidados que refieren a una manera de ser saludable y, por ejemplo, tener la piel hidratada se convierte en un componente clave para esa 'supuesta' salud. Y, por otro lado, tener la piel hidratada, fuerte, purificada son características de piel saludable. Por ello, estos laboratorios ponen a la venta programas para alcanzar esos estados óptimos de la piel. Es posible encontrar el 'nuevo programa integral para el cuidado de la piel sensible con B-Glucanos de Avena', Ibíd., 2011c, 47. 23 o la 'exclusiva fórmula fresca y liviana con Aloe Vera, que refuerza la función protectora de la piel', Ibíd., 71 24 y 'la exclusiva fórmula con Dry Flo y Retinol para hidratar tu piel, evitando el efecto graso' Cosmopolitan. Año 15, N° 183, 2011a, 295 25. Pero, además, esos resultados exponen que cambian la forma de vida y enuncian que 'cada vez son más los que eligen cambiar su vida, de una vez y para siempre. ¿Vos qué esperas?', Pronto. Año 20 N° 1019, 2016 26 a su vez son 'para vivir y sentirse mejor naturalmente', Gente, Año 52, N° 268 1, 2016. 27 y varias personas lo certifican a partir de sus vivencias: 'Es verdad eso de que reducís kilos sin darte cuenta'. Paparazzi, Año 14, N°773, 2016b. 28

Por otro lado, no sólo la piel debe tener esta característica, sino que el cabello también, pues debe tener vida y color. Así es posible encontrar enunciados que venden una serie de productos naturales que: 'evitan el barrido de la coloración. Humectan, aportan brillo intenso y suavidad inmediata. Restauran la fibra capilar y realzan el color'. Cosmopolitan, 2011b,139. 29 Estos productos enuncian que el cabello también debe tener un estado saludable y buscan 'encandilar día tras día con la belleza y salud de tu pelo' Gente, 2016. 30 o 'reparar los daños extremos del verano'. Ibidem. 31

Estos párrafos, nos permiten ver, por un lado, el nexo que se establece entre las medidas administrativas y los enunciados científicos, y por el otro lado la relación entre la biopolítica y los medios de comunicación en tanto que la regulación para alargar y normalizar la vida es un elemento que puede justificar la divulgación de ciertas publicidades que condensan y actualiza un modo de pensar la salud del cuerpo. De este modo, si las puntas del cabello no están selladas o si la piel no está tensa y firme se destellan signo que llevan al cuerpo a un estado no saludable.

En otras palabras, se pone en evidencia cómo el dispositivo biopolítico, que en un momento histórico dado tuvo como función mayor la de responder a una urgencia, asume una posición estratégica, en tanto que se fue transformando poco a poco en el mecanismo de control de la salud y de aquello que se define así científicamente. La biopolítica, 'no remite sólo, o predominantemente, al modo en que, desde siempre, la política es tomada -limitada, comprimida, determinada- por la vida, sino también, y sobre todo, al modo en que la vida es aferrada, desafiada, penetrada por la política'. Roberto Esposito, Bíos. Biopolítica y filosofía (Buenos Aires: Amorrortu; 2006), 51. 32

La salud del cuerpo, no refiere sólo a un estado normal que debe poseer el cuerpo, sino también a un estado que debe perdurar el mayor tiempo posible. En este sentido, es posible identificar enunciados que solicitan borrar 'las marcas de fatiga antes que estas se conviertan en signos de edad', Cosmopolitan, Especial Octubre, 2011b, 33. 33 establecen que 'la protección y juventud son las aliadas incondicionales', Ibíd. 51. 34 como así también que se debe celebrar 'que los años no pasan por vos', Cosmopolitan, 2011a,161. 35 que 'los kilos que bajas, no vuelven', Paparazzi, 2016a. 36 o que el producto 'es antioxidante. Combate el envejecimiento'. Ibídem. 37

Procesos normales como la vejez se presentan como patológicos y con el remedio para su solución. La búsqueda de la salud se convierte en un requerimiento que en varias ocasiones inventan enfermos imaginarios de enfermedades creadas por los propios laboratorios; cerrando un modo de pensar el cuerpo y la salud desde aquello que es identificable en la sustancia externa que se puede ver, evaluar, describir.

La expansión de la medicalización en la sociedad contemporánea

A principios del siglo XIX, en la tarea de biorregular la vida, la medicina toma un gran auge ya que logra que ciertos enfermos que ocupaban los hospitales salgan recuperados. En este contexto, el hospital es atravesado por la tecnología disciplinaria que produce una reorganización del mismo como aparato para 'examinar'; es decir que el espacio no será un lugar donde se encierra a los enfermos para que no propaguen las pestes y pasen sus últimos días de vida allí, sino que se conformará en un espacio para la cura de la enfermedad; donde el individuo será vigilado, curado, observado convirtiéndose en objeto de saber de la práctica médica. Por ello, el cuerpo social deja de ser una figura jurídico-política para constituirse en un objeto biológico en un espacio de intervención médica.

El dispositivo se halla siempre inscripto en un juego de poder, pero también siempre ligado a unos campos de saber, que nacen de él, pero, asimismo, lo condicionan. Las relaciones que existen entre los enunciados de la salud como discurso, los juegos de conceptos, de series teóricas, se sostienen sobre el saber de la ciencia médica. En consecuencia, se ponen sobre la mesa dos problemas: por un lado, que la biopolítica se pliega sobre un organismo, un cuerpo descripto desde la sustancia y, por el otro, que se fundamenta en los principios de la salud para prolongar la vida, para mantener al organismo en un estado de normalidad (no enfermo). No obstante, no es que ciertas publicidades no puedan preocuparse por la salud. No es eso en todo caso lo que se busca plantear. Sino ¿qué es la salud?, ¿qué cuerpo es saludable y cuál no?, ¿sobre qué saber se clasifica ese estado del cuerpo?

El lugar en el cual se forma el saber para vigilar la enfermedad ya no es 'este jardín patológico en el cual Dios había distribuido las especies, es una conciencia médica generalizada […] ligada a cada existencia individual, pero, asimismo, a la vida colectiva de la nación'. Michel Foucault, El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica (Buenos Aires: Siglo XXI; 2008d), 58. 38 En el viraje del siglo XVIII, al ponerse en discusión el tema clínico, se produjo una mutación esencial en el saber médico en tanto que la clínica aparece como una nueva experiencia, en la que la mirada médica no se cierra en el vínculo del enfermo, en su singularidad, sino que va más allá, llegando a las dimensiones de la geografía y de un Estado.

La medicina no será sólo el 'corpus' de las técnicas de curación y del saber que éstas requieren, desarrollará también un conocimiento del hombre saludable; es decir, a la vez una experiencia del hombre no enfermo y una definición del hombre modelo. Ibíd, 62. 39

Las publicidades de los laboratorios ponen un énfasis en dejar a la vista que sus productos están avalados por la medicina, es decir, ponen a la vista el saber de la medicina y un modo de ser sujeto. En este sentido, es posible identificar que una crema para un tratamiento hidratante esta 'probada bajo control dermatológico', Cosmopolitan, 2011a, 28. 40 que 'los dermatólogos más destacados sostienen que este procedimiento es la clave para eliminar la opacidad y combatir el acné', Ibíd.,17. 41 o que ciertos productos cuentan 'con respaldo científico y calidad de Laboratorio'. Gente, 2016. 42

La circulación del discurso de la medicalización se desplaza a través de las industrias del sector privado, el Estado, los medios de comunicación, la institución médica vinculada a la industria farmacéutica, y los sectores de la población (como consumidores y usuarios de productos y servicios de salud). De este modo, se puede ver la formación de las modalidades enunciativas: Estatuto del médico-criterios de saber- instituciones-prácticas:

Si en el discurso clínico, el médico es sucesivamente el interrogador soberano y directo, el ojo que mira, el dedo que toca, el órgano de desciframiento de los signos, el punto de integración de descripciones ya hechas, el técnico de laboratorio, es porque todo un haz de relaciones se encuentra en juego […] y todo un grupo de técnicas y de códigos de percepción del cuerpo humano, tal como está definida por la anatomía patológica […]. Foucault, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, 73. 43

El discurso de la salud, así concebido, es un espacio de exterioridad donde se juega una red de ámbitos distintos que determinan desde una forma de vida, hasta un modo de ser establecido por la medicina, donde en consecuencia las publicidades se encuentran sometidas y subordinadas por esta ciencia de la vida. En efecto, el saber de la medicina tiende a otorgar a la distinción entre lo normal y lo patológico el poder de delimitar lo que es desviado, anormal, lo extraño. Para Foucault, aquí lo extraño se excluye y se imponen unos parámetros de normalidad que no operan simplemente por la conciencia o por la ideología, sino que se ejerce en el cuerpo, con el cuerpo. En otras palabras, el saber de la medicina muestra que la vida política se basa en la exclusión de aquello que, se supone, no puede considerarse como normal, de aquella característica de la sustancia que define el cuerpo: la piel hidratada, sin arrugas, los dientes blancos, el cabello con puntas selladas, etc.

El saber en el que se sostienen las publicidades en torno al cuerpo nos deja ver cómo el discurso no es un conjunto de signos, sino una práctica que está constituida por un conjunto de relaciones que va conformando un tipo de objeto; cuya constitución correlativa con la política ha determinado el sentido del discurso. El problema que planteamos es que el concepto de salud se reinventa a partir de las características sustanciales, describibles, analizables. Todo se mide y se evalúa por el cuerpo: la textura de la piel, las puntas del cabello, el contorno corporal, etc. Un modo de concebir la realidad positivista, sustancialista y empirista que conforman una epistemología para pensar la cuestión del cuerpo y la relación sujeto-cuerpo.

En oposición a esta epistemología sustancialista, Lacan propone entender la realidad en relación con el lenguaje y en la dimensión significante.

El efecto del lenguaje es la causa introducida en el sujeto. Gracias a ese efecto no es causa de sí mismo […]. Pues su causa es el significante sin el cual no habría ningún sujeto en lo real. Pero ese sujeto es lo que el significante representa, y no podría representar sino para otro significante. Jacques Lacan, Escritos 2 (Buenos Aires: Siglo XXI, 1985), 814. 44

El cuerpo es cuerpo del lenguaje y no es posible hablar del cuerpo desde aquello que se identifica en la sustancia. Si partimos de la sustancia o colocamos la sustancia como el origen del sujeto anulamos el lenguaje que lo constituye. El punto de vista epistemológico sobre el cuerpo pone de relieve la normatividad interna de los enunciados en relación al cuerpo que se identifican en las publicidades y un concepto sobre cómo vivir la vida, sobre cómo vivir en relación con el cuerpo.

[C]on el concepto en cuanto es uno de los modos de la información que todo ser vivo extrae de su medio y mediante la cual, a la inversa, estructura ese medio. Que el hombre viva en un medio conceptualmente estructurado no prueba que un olvido cualquiera lo haya desviado de la vida o que un drama histórico lo haya separado de ella: sólo prueba que vive de cierta manera […]. Michel Foucault, El poder, una bestia magnífica: Sobre el poder, la prisión y la vida (Buenos Aires: Siglo XXI; 2012), 264-265. 45

Justamente, ese conjunto de elementos que hacen al cómo vivir una vida saludable queda anclada en lo cuantificable y medible del cuerpo, como si fuera pura sustancia. Justamente el lenguaje, las prácticas y la racionalidad del concepto marcan el cuerpo. Además, si el cuerpo proveniente de la naturaleza aporta diferencias, como aquellas que describen las publicidades, están cambian si son significantes.

Si por ejemplo, la estatura o el color de la piel, significan o connotan el significado y el sentido de la vida, entonces, como dijimos, funcionan como significantes en la cadena del discurso, con los valores que esos elementos tienen y han tenidos para otros y el Otro, en el contexto significante, y en el universo social, cultural, religioso y lingüísticos en el que verdaderamente habitamos. Alfredo Eidelsztein, 'El origen del sujeto en psicoanálisis. Del Big Bang del lenguaje y el discurso en la causación del sujeto'. El Rey está desnudo. Revista para el psicoanálisis por venir, Año 4, n° 5 (2012): 49. 46

El debate sobre el cuerpo nos lleva a dos caminos, por un lado, al problema de pensar que el cuerpo es aquello describible, sustancializable, anulando el lenguaje que constituye al cuerpo y el universo significante, y por otro lado que esos modos funcionan en la medida en que llevan a pensar que ese cuerpo es alegría, bienestar, éxito, etc. Ambos caminos retornan a un sujeto universal que pondremos en debate. 'Lacan indica que existe un efecto de la presencia de la ciencia en nuestra sociedad y nuestra cultura: la universalización del sujeto. Esto quiere decir que para la ciencia, el sujeto es considerado de la siguiente forma: todos por igual'. Alfredo Eidelsztein, 'Por un psicoanálisis no extraterritorial', El Rey está desnudo. Revista del psicoanálisis por venir, Año 1, n°1 (2008): 66. 47 El modelo de cuerpo que sostienen las publicidades es un cuerpo para ser admirado, expuesto, y consumido. Un cuerpo que incluso es incitado a los límites de la vida como en el caso de la anorexia y bulimia.

Conclusiones

La estrategia de la medicalización torna viable un conjunto de prácticas, maneras de hacer, pensar y decir en torno a la vida, el cuerpo, el cuidado de la salud, el bienestar, etc.; cuyo fin es una forma-sujeto, un modo normal de ser sujeto, un universal.

La medicina busca restablecer un sistema de normalidad, de manejar las relaciones entre enfermedad y salud, lo que borra el sujeto en tanto que borra su particularidad, aquello que los hace diferentes unos de otros. Y por el otro, se constituye en una práctica clasificatoria, por medio de la cual el sujeto es/está dividido entre un saber y una verdad. Este proceso de normalización hace del cuerpo un objeto susceptible de ser categorizado: enfermo-sano, joven-viejo, lindo-feo.

En síntesis, estas publicidades se constituyen en una técnica complementaria de la tarea médica en la medida que contribuye a mejorar la salud, a mantener el cuerpo en estado de normalidad en tanto que asegura el correcto desarrollo para aplacar la enfermedad (las arrugas, la piel deshidratada, el pelo sin brillo), o no hacerla aparecer. En la actualidad, se pueden ver nuevas enfermedades que refieren a ciertas características que los cuerpos deben evitar. Quizás antes las arrugas, el pelo opaco, etc., no eran elementos claves, pero hoy forman parte de las publicidades que están 'controladas dermatológicamente', 'supervisado por odontólogo', Caras, 2016a. 48 o con 'respaldo científico'. Caras, 2016b. 49

Llegado a este punto, pensar en las publicidades de los laboratorios bajo los fundamentos de la salud, es sostener una política que accede a la búsqueda de un sujeto universal, en tanto que pretende modificar la definición de la vida replegándose sobre un cuerpo meramente orgánico y sobre un modo de ser normal que establece el saber médico, suponiendo que la sustancia es el cuerpo. Ahora bien, colocar la sustancia por encima del lenguaje, constituye un modo de pensar al cuerpo a partir de una energía que es interior, propia del organismo. Sin embargo, para el sujeto incluso el hambre y la sed son significantes, no biológicos. Cuando aparece una práctica que satisface o que disgusta, ya no es del mundo de la naturaleza, de la genética, de lo biológico, 'pues lo que de ésta provenía en 'estado puro', ha quedado olvidado para siempre' Alfredo Eidelsztein, 'El origen del sujeto en psicoanálisis. Del Big Bang del lenguaje y el discurso en la causación del sujeto', 44. 50. La relación que el sujeto adquiere con estos estados cobra posición en su lugar, en un enlace con el discurso y en relación a todos los otros significantes en la batería del lenguaje.

La aparición del Otro (el otro pequeño que pueden ser los pares y el gran Otro que es la cultura) hace que lo anterior biológico sea olvidado, porque el lenguaje tiene por efecto un sujeto. Sin embargo, las publicidades no han hecho otra cosa que pensar el cuerpo a partir del ser (lo biológico, la esencia), y de un deber ser producto de un orden médico, en el cual lo fundamental, lo real, es la energía orgánica, la evolución biológica, el desarrollo normal del cuerpo y la conservación de lo humano (la esencia). Será necesario desnaturalizar lo evidente a través de un cuestionamiento crítico de sí mismo, lo cual supone una interrogación constante sobre qué se puede ver, decir y pensar, qué se puede hacer, sentir y hacer, a qué se puede oponer resistencias, por qué se puede luchar, cómo se puede vivir, cómo se ha llegado a ser de determinada manera, cómo se puede ser y pensar de forma distinta. Es decir, una problematización sobre cómo se piensa el cuerpo y cómo podemos pensar su construcción de otra manera.

Referencias

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2016b. (Año 11) N° 1816, Argentina.

. 2016. (Año 20) N° 1019, Argentina.




Notas al pie de pagina

Las revistas seleccionadas como Gente, Caras, Pronto y Paparazzi se distribuyen en Argentina, la revista Cosmopolitan se distribuye en 11 países y se publica en 35 idiomas. Se comenzó el análisis en la revista Cosmopolitan que es exclusiva para la mujer y luego se tomaron otras revistas de tendencias para identificar si esos enunciados eran recurrentes.

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Foucault, La arqueología del saber, 140.

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Cf. María Valeria Emiliozzi, El sujeto como asunto. Sentidos epistemológicos del Diseño Curricular de Educación Física, (tesis de doctorado, La Plata: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP; 2014).

Hannah Arendt, La condición humana (Buenos Aires: Paidós; 2008), 151.

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Ibíd., 165.

Ibíd., 166.

María Inés Landa y Leonardo Marengo, 'El sí mismo como empresa: sus operatorias y perfomances en el escenario managerial', en Michel Foucault, treinta años después. Aportes para pensar el problema del cuerpo y la educación (La Plata. Edit. Universidad Nacional de La Plata, 2015), 12.

Cosmopolitan, Año 15, N° 183, 2011a, 84.

Ibíd., 2016, 117.

Ibíd., 2011b, 28.

Ibíd., 2011c, 47.

Ibíd., 71

Cosmopolitan. Año 15, N° 183, 2011a, 295

Pronto. Año 20 N° 1019, 2016

Gente, Año 52, N° 268 1, 2016.

Paparazzi, Año 14, N°773, 2016b.

Cosmopolitan, 2011b,139.

Gente, 2016.

Ibidem.

Roberto Esposito, Bíos. Biopolítica y filosofía (Buenos Aires: Amorrortu; 2006), 51.

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Ibíd. 51.

Cosmopolitan, 2011a,161.

Paparazzi, 2016a.

Ibídem.

Michel Foucault, El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica (Buenos Aires: Siglo XXI; 2008d), 58.

Ibíd, 62.

Cosmopolitan, 2011a, 28.

Ibíd.,17.

Gente, 2016.

Foucault, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, 73.

Jacques Lacan, Escritos 2 (Buenos Aires: Siglo XXI, 1985), 814.

Michel Foucault, El poder, una bestia magnífica: Sobre el poder, la prisión y la vida (Buenos Aires: Siglo XXI; 2012), 264-265.

Alfredo Eidelsztein, 'El origen del sujeto en psicoanálisis. Del Big Bang del lenguaje y el discurso en la causación del sujeto'. El Rey está desnudo. Revista para el psicoanálisis por venir, Año 4, n° 5 (2012): 49.

Alfredo Eidelsztein, 'Por un psicoanálisis no extraterritorial', El Rey está desnudo. Revista del psicoanálisis por venir, Año 1, n°1 (2008): 66.

Caras, 2016a.

Caras, 2016b.

Alfredo Eidelsztein, 'El origen del sujeto en psicoanálisis. Del Big Bang del lenguaje y el discurso en la causación del sujeto', 44.


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